El maldito telefono

Eran las tres de la mañana cuando sonó el teléfono. No pensaba contestar, pero su sonido era tan insistente y alarmante que me hizo inquietarme. Parecía que el teléfono me gritara, como si acabara de suceder una catástrofe.
Me levante despacio, esperando que dejara de sonar y así poder volver a dormirme; pero el maldito timbre era cada vez mas desesperante.
El piso estaba frio y yo no encontré mis zapatos. Camine despacio, pensado en todo lo que le diría a la estúpida persona que llamaba tan tarde. Levante el teléfono y de mis labios salió un adormilado “bueno”; sin embargo, no obtuve respuesta. Repetí la misma palabra una y otra vez y comencé a gritar palabras altisonantes, hasta que decidí colgar.
Regrese a mi cama enojada e inmediatamente me volví a dormir.
Al día siguiente recibí un email, era de la hermana de mi ex novio. En el correo me anunciaba la lamentable noticia del suicidio de su hermano. Al parecer estaba muy deprimido y quería despedirse de sus seres queridos, así que antes de darse el tiro de gracia, empezó a hacer llamadas, como a eso de las tres de la mañana.
Sin embargo, para su suerte, a causa de su gripe perdió la voz justo en el momento en que me llamo a mí. Así que dejo una carta explicándome todos sus sentimientos.
Aún no puedo creer la desafortunada suerte de aquella llamada, todavía conservo su carta, y aun lo recuerdo. Siempre fue tan inoportuno.

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