encabritado recuerdo

hay días en los que fantaseo con tocar tu puerta y callar tus dudas con mi insular lengua, sin embargo aun el coraje de que me hallas tratado como vil puta me hace no ir a buscarte.
No creo que ninguno de nosotros halla cambiado a lo largo de estos meses, maldito engaño que me hace creer que todo tiene remedio con un simple abrazo. Voy a quitarle este tatuaje con tu nombre en mi metafórico corazón aun que sangre por tanto lavarme con ese cepillo tuyo de dientes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario