Te gusta mentir?

Me despierto agobiado y necesito dormir unos minutos más. Sentí por unos momentos que en ese sueño pude vislumbrar mi futuro o tal vez parafrasear mi vida, te vi allí te lo juro, te sentí única en mi vida y sentí esos molestos nervios que siento cada vez que estoy sin ti.

Recuerdo que estábamos juntos como solíamos hacerlo y danzábamos durante largas horas en las cenizas de nuestros miedos, me mirabas con esos ojos perdidos que secretamente me expresaban tu incomodidad, te sentías forzada a bailar y en un inesperado momento te ibas corriendo lejos preferías estar con tus amigos que conmigo. Me perdí en mi dolor, me mentía a mi mismo negándolo y desde tan lejos te buscaba ciegamente. 

Es tan drástico no encontrarte aun despierto siendo mi alcoba la única testigo de mi dolor. Siento esta sed de extrañarte pero la suficiente como para implorarte una segunda oportunidad, a veces  es fuerte el deseo de confesártelo sin embargo se ve opacado por el miedo que me causa tus últimas palabras hacia mi; “seamos amigos” dijiste y no sé si deseas que nos conozcamos mas o solo quieres alejarte con elegancia. Tal vez el misterio solo tenga respuesta en tu mística, encantadora y maldita mente, solo ella tiene la respuesta más correcta para mi extraña y antropófaga voluntad.

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